Cuando la inspiración viene sola, llama el insomnio a la puerta: el deseo de crear obliga. Transfigurarse en la experiencia de atrapar el verso y la idea es un acto de placer, dolor y trabajo. Así es la poesía, quién la ha sentido, disfrutado o sufrido, lo sabe. Éxtasis onírico y lírico que me fecunda. Recrear por los cuatro costados es vital para seguir despierta.
21 de diciembre de 2018
Sean Felices #2018 año Quiñones# 2019 Nadia Consolani#
No hay comentarios:
Publicar un comentario