30 de septiembre de 2012

Triunviratos, bicefalias y poder absoluto


 
Estimados lectores y estimadas lectoras del Blog de Blanca, éste que modestamente y de vez en cuando me sirve de comunicación con todos y todas vosotros. Sumando Socialismo ha cosechado los mejores resultados en la asamblea que en mi ciudad celebró el partido socialista el pasado jueves y la candidatura de esa opción dirigirá la agrupación local durante los próximos cuatro años.
 
En esta ocasión, ha habido trabajo político en la trastienda. Cuatro candidaturas, muchos militantes implicados en la confección de los programas, de las listas y muchas anécdotas alrededor del proceso. Se va convirtiendo en algo normal la práctica de la democracia interna. Con sus presiones, con los intentos de hacer cambiar de opinión a los militantes de turno, los devaneos, los guiños, los ofrecimientos y los engaños.... Incluso algún que otro atrevido a aparecer simultáneamente en un par de listas.
 
Por primera vez, un lugar habilitado para cada quién y cada cual en la casa del pueblo y acceso a los censos. (Me pregunto si no tendrá ya cada afiliado una copia bajo la almohada...).
 
Bromas aparte, conciencia de necesidad sobre el entendimiento, la salida a la calle y el compromiso con la situación de crisis que nos contextualiza. Quizá por ello el proceso y el procedimiento se han caracterizado por un mayor respeto y una aparición en los medios dentro de un orden y dentro de lo estrictamente necesario, dar a conocer a los candidatos y sus programas.
 
Cuatro programas elaborados con ganas, candidatos y candidaturas repensadas, buscando la renovación y las propuestas más atractivas. Un elemento en discordia: el reparto, oportuno o no del poder en la agrupación y en la portavocía de la oposición en el grupo municipal. Y aquí el meollo que impidió el entendimiento y marcó las diferencias entre las cuatro listas. Porque unos abogaron por la renovación total: alguien que no hubiera estado nunca en ningún cargo, nadie que proviniese de la ejecutiva saliente. En los otros dos casos: bicefalia o poder absoluto.
 
¿Cuál de las dos opciones era la más adecuada? Las dos funcionan o no funcionan según las circunstancias, el momento, el lugar, las personas que se reparten las competencias y responsabilidades... Y al final, se ha impuesto un proyecto que propugna el reparto de poder y de responsabilidades. Porque en el caso de la agrupación de Cádiz, el reparto de responsabilidades se hace necesario.

Cádiz tiene una agrupación que debe entenderse a sí misma de nuevo, una agrupación que tiene que recuperar la credibilidad interna para volver a recuperar la confianza de la ciudadanía y que no puede aglutinar un tremendo trabajo de oposición ante una alcaldesa dura de pelar, con un inmenso trabajo orgánico e interno que reconcilie  a su militancia. Algo que de algún modo, ha debido entender la militancia. Algo que no se negoció, discutió o tal vez, se obvió previamente a la celebración de la Asamblea del pasado día 27 entre los candidatos y, cuestiones a las que los protagonistas ya van dando respuestas (la lógica dimisión de la portavoz municipal, no se hizo esperar).

Decisiones que están marcado un antes y un después en la historia de esta agrupación, decisiones que dejan en las manos de una nueva dirección el rumbo del partido socialista en nuestra ciudad. Un reparto de competencias, responsabilidades y quehaceres que nos obliga a trabajar codo con codo y a arrimar el hombro porque el partido, ahora más que nunca, ya sin tutelajes, tiene ante sí.  Muchos retos y desafíos que acometer y muchas heridas que de una vez, cerrar.
 
Será porque en el término medio, estará la virtud y porque entre el triunvirato y el poder absoluto, puede estar la solución.

El PSOE de Cádiz, ya merece y necesita su oportunidad. No es de recibo, perderla.
 

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