¿Qué le importa a la gente de la calle? ¿Sabe la gente cual es la diferencia entre un banco y una caja?¿Que los bancos tienen dueños y las cajas obra social?
Posiblemente no, mejor dicho; casi seguro que no. Ya lo decía mi compañero de instituto, Pepe Monforte, en su artículo del domingo en La Voz de Cádiz. "No tengo ni idea de bancos, mis conocimientos se limitan a pagar recibos todos los meses e intentar descifrar las claves de algunas comisiones que me cobran..."
Y reflexionando con algún que otro compañero llegábamos a varias conclusiones:
A los ciudadanos, a los autónomos, a las pymes, a las familias andaluzas no les importa tanto que Cajasur sea fusionada con otras cajas andaluzas, ni tan siquiera que Griñán tenga más o menos influencia en el Banco de España. La gente normal lo que espera es que el poder político sea capaz de influir para que las entidades financieras den créditos, descuenten papel, fluya el dinero, y se mueva la economía.
¿Acaso si Cajasur hubiera quedado en manos de Unicaja nos hubiera garantizado que la nueva entidad resultante libraría de una vez dinero? ¿Que se mantendrían las sucursales, que ningún empleado iría al paro, que su obra social permanecería intacta?
¿Qué es más importante el control del poder financiero o que el dinero y el crédito lleguen de una vez por todas al tejido productivo?
¿Donde está el ICO? ¿Por qué no funciona ya el ICO andaluz?
Algunos políticos y periodistas están ofreciendo una imagen penosa porque parece que la única preocupación de la clase política es copar los Consejos de Administración de las Cajas. Realmente no es así y tenemos que ser capaces de ver las diferencias y de entender lo que está pasando.
Si hace unas semanas se discutía por la mediocridad de un debate de competencia territorial (en torno a donde debiera ir la sede social de la nueva caja andaluza resultante de la fusión de Cajasol y Unicaja, es decir Sevilla o Málaga)... ¿Qué más dará donde esté la sede BBK si se garantiza el empleo, la obra social y la política financiera?
El Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha peleado por este asunto mucho más de lo que quieren hacernos creer. Ni es tan fácil entenderlo, ni tampoco de explicarlo. Pero con el tiempo nos iremos dando cuenta, de que quizá por unos motivos u otros, se ha hecho lo más adecuado. O no.
Lo que le importa a la gente es tan maleable que puede servir para utilizarse en cualquier sentido, pero hay preguntas que nos formulamos mucha gente en estos días: ¿Hubiera tolerado el nacionlismo estepario que su Cajamadrid cayera en manos de Unicaja? ¿Y el nacionalimso periférico? Gallegos, vascos, catalanes o valencianos no hubieran admitido que una Caja andaluza hubiera absorvido a sus respectivas cajas de ahorros.
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