Normalmente la prensa viene cargada de malas noticias: víctimas de la violencia de género, crisis, paro, conflictos sucesivos que no encuentran solución... Pero hoy sin embargo, hemos podido desayunar con una grata noticia.
A veces la cordura vuelve a florecer en el campo de batalla. Un programa de mediación permite que se encuentren las víctimas del terrorismo que ha teñido de tanta sangre nuestra historia pero que parece querer girar en otro sentido. Más vale tarde que nunca, porque ese perdón, en ocasiones incomprensible pero necesario puede lograrse en el País Vasco. El odio no sirve para nada y la ciudadanía está obligada a construir en clave de paz un futuro próspero y necesario.
No deja de ser otra iniciativa, pero supone un intento y gran paso adelante que debemos celebrar. Aclarar cara a cara lo que pasó es un reto que merece la pena para ellos y por todos y todas los habitantes de este país. Con la violencia no se construye el futuro y aunque sea difícil de creer, por una vez la confianza y la esperanza parece que renace para el pueblo vasco. Cualquier gesto que busque el encuentro y otro panorama posible, merece que sigamos creyendo que esa inútil violencia, algún día tocará a su fin.
Toda la información en El País. Pinchando aquí.
Enterrar el odio, practicar el diálogo y trabajar para el futuro es el camino, el único posible. Y yo quiero creérmelo.
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