Alemania y Francia han hecho oídos sordos a urgencias e imperativos. Todas las decisiones se han aplazado hasta septiembre y es probable que no lleguen a corporeizarse en normas, dinero y protocolos en meses. Hasta entonces, los mercados (es decir, los intermediarios que deciden los activos que compran los fondos de inversión, los de pensiones o los institucionales) seguirán explorando los límites efectivos de la compra de deuda por el BCE, extenderán las dudas de solvencia a países como Bélgica (ya es el caso) y castigarán a las deudas nacionales con subidas insoportables del servicio de la deuda. Esas tensiones arruinan las expectativas de crecimiento de los países atacados. Por más que el Tesoro español pudiera colocar ayer 3.300 millones holgadamente, aunque con mayores costes financieros. Menos dinero, pues, para educación, sanidad e inversión pública en 2012. Y todo ello, con los principales líderes europeos (Merkel, Sarkozy, Cameron, Van Rompuy, Barroso...) de vacaciones y sin emitir señal alguna, más allá de alguna carta o llamada telefónica. Sólo Zapatero y Berlusconi han sido vistos en su puesto de trabajo, pero ha servido de poco.
Editorial completa en El País.
La prima de riesgo se dispara una y otra vez, 416 puntos básicos esta mañana. ¿Dónde están los principales responsables políticos? ¿Van a permitir que los intermediarios sigan haciendo y deshaciendo con los mercados? ¿No se dan cuenta los ciudadanos de lo que está sucediendo? ¿Acampar en la calle es una solución? Y por mucho que le reprochen a Zapatero, es un presidente responsable, que está adecuadamente aplicando las medidas necesarias para la estabilidad económica en medio de la crisis, de nuestro país.
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