6 de noviembre de 2011

Atracos a mano armada



Por la presión social, en Estados Unidos algunas entidades bancarias han empezado a eliminar las comisiones que recaen sobre las tarjetas de crédito. Si en tu ciudad solo existe una sucursal de tu entidad bancaria y no te queda otro remedio que sacar tu dinero en cualquier otro cajero, te cobran una comisión que ronda los 0,65 céntimos.

Esto quiere decir que si sacamos cuatro o seis veces al mes, hemos dado al banco más de 40 euros al año en comisiones por sacar de los cajeros automáticos nuestro propio dinero. Dinero del que ya sacan rentabilidad los mismos banqueros. ¿No es esto un atraco a mano armada? ¿Por qué tenemos que seguir pagando siempre los mismos, los ciudadanos de a pie?

Solo los movimientos sociales presionando sobre la situación y tomando determinadas medidas podremos conseguir que esto cambie.

Durante el fin de semana he leído en un interesante blog como la opción pública de la banca consiguió que un país como Alemania saliese adelante, aquí:

"El resultado es que los bancos públicos alemanes están siendo despojados de lo que les ha hecho estables, seguros y capaces de prestar a bajas tasas de interés: han tenido la buena fe y el crédito del Gobierno y el público tras ellos. Al eliminar el afán de lucro, centrándose en el interés público, y respaldándose en las garantías del Gobierno, los bancos públicos alemanes fueron capaces de convertir el crédito bancario en el tipo de servicio público descrito por el profesor Hudson.

El ejemplo de Alemania muestra que incluso el éxito no es garantía frente a un ataque incesante de propaganda por parte de los grandes bancos privados interesados ​​sólo en ganar dinero para sus altos ejecutivos, clientes acaudalados y accionistas. Pero mirando detrás de la propaganda, el modelo de banca pública que ayudó a financiar el éxito económico de Alemania, podría ser la vía rápida a un sistema bancario estadounidense que le sirve a Main Street en vez de a Wall Street".

La opción pública en la banca, artículo completo pinchando aquí.

Solo la presión ciudadana, si es que los sistemas politicos no controlan la oscilación de los mercados, sería capaz de empezar a conseguir algo. Por lo pronto, podíamos empezar a romper algunas tarjetas de crédito y a dejar de utilizar muchas otras...



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