11 de noviembre de 2011

Gracias.

La presentación y la acogida que ha tenído Vaivén ha sido muy gratificante. Os dejo una crónica que me envía José Aurelio Martín Rodríguez, compañero de Indocencias y que compartió con nosotros la noche del martes 8 de noviembre.



En el centro Reina Sofía, noviembre en los balcones, Blanca flores con versos, gente, señores, vino para terminar, de Jerez, blanco y tinto. Se presenta un libro a dos voces, Blanca Flores con poemas y Paco Rocha con imágenes. Tarde declinando en la bahía que vemos a través de los balcones. Incendio lento sobre el mar rugoso. La noche enjoya a Blanca de turquesa, hoy toca turquesa y collar de plata entrelazado. Paco Rocha es un hombre taciturno, un fotógrafo que piensa con la imagen. Presenta el editor, habla de la crisis y de la dificultad. Defiende el libro, los libros que tanto cuestan y tanto trabajo suponen. Es un editor muy de artesano, que se arriesga, que pone humor y que es breve. Al otro lado, en el otro extremo, enmarcando a los protagonistas, Juan José Téllez, oficiante de plata, pausado de prosa con voz de poeta, destellantemente lírico. Lee el prólogo del libro. Considera, apunta e invita. Un lujo. Ahora habla Paco Rocha y parece que habla más el silencio, lo suyo es la imagen callada. Se expresa con claridad no obstante, defendiendo su trabajo, explicando, sugiriendo el maridaje de texto e imagen, sus diálogos internos. Pone tristeza en sus palabras, sus fotos ponen mirada. Es un fotógrafo de mirada, no un iconicista desaforado. Es más un intelectual de posguerra, un hombre empañado de preocupación, un hombre de verdad y honestamente conmovido por el arte de la imagen. Le sigue Blanca, ella pone un vídeo muy limpio, de sus poemas y los poemas visuales de Paco. Y comienza su elocución sonrisándolo, dando las gracias, mirando a los amigos, la torrentera de amigos que a todos lados la siguen, Hamelin hembra que arrastra con su música entusiasmante, su melodía de cultura compartida. La cultura se da, dice, así de simple y así de verdad. La cultura nace para ser compartida. Lo que dice, profundo, lo hace ingrávido su sonrisa rubia. Recita sus poemas recientes, los que enjoyan el libro, un libro-bloc que incluye hojas en blanco para que el lector continúe, ensaye, dibuje, diga, opine, calle. Una idea brillante y posible, simple y efectiva, una idea que propone un libro incesante, siempre en construcción, siempre con andamios. Recita con garganta hembra. Le sale muy fluido porque ha leído mucho y ha estudiado también mucho y ya le ha cogido la medida al verso, la cintura al poema. Es una muy mujer que brega en la administración, en la política, que sostiene una familia, que se viste bien y que cree en la cultura, que se obliga a compartir la cultura, que descubre poetas, que bebe vino, que entusiasma. Mujer. Lucha. El recital concluye con aplausos cómplices, con amistad, firmas, vino de Jerez y una danza de conversaciones por los corredores de la institución, antiguo gobierno militar. Uno, un martes cualquiera, un martes del mundo, llega a su casa con un sabor profundo de vino, una música de palabras y voces, y unas ganas renovadas de seguir, de resistir, de ser mejor.
Jose Aurelio Martín

También os remito a los resúmenes realizados por Paco Velázquez en sus ojos de luna y a Fermín Aparicio en Mi Mentidero. Faltan las fotos de Jap Peralta y de Antonio Barce, pronto las iremos colgando. A tantos y tantas que han hecho posible que la puesta de largo de Vaivén haya sido un éxito, de nuevo: Gracias.




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