12 de junio de 2011

Calma y conciliación


La izquierda en España, en general, no atraviesa sus mejores momentos. Se han cometido errores y se siguen cometiendo que obedecen al contexto socioeconómico y político que padecemos. Una ley del suelo aprobada durante el mandato del PP que posibilitó que se engendrase la burbuja inmobiliaria, contribuyó a que la crisis económica se dejase sentir con mayor virulencia en nuestro país.

La situación es desoladora en un mapa que se tiñe de azul monocromático. Mientras militantes y no militantes siquiera piden responsabilidades a los dirigentes de los partidos, principalmente al PSOE. Miles de cargos públicos, de concejales en su mayoría, deberán volver a sus puestos de trabajo o al paro por la pérdida de las elecciones municipales que no ha supuesto una sangría sino una hemorragia imparable. Y lo importante, es que vuelvan a sus orígenes con la mayor normalidad posible, porque ello les dignificará por una parte y por otra les reportará o devolverá la credibilidad mermada si es que han sido responsables de las derrotas. Ni es lógico que se enroquen, ni que pretendan justificar lo injustificable.

El partido socialista se encuentra ahora mismo en una situación muy delicada y debe hacer autocrítica, reflexiones y tomar decisiones desde la calma, con cordura e intentando conciliar los intereses de todos y todas pero sobre todo los objetivos del proyecto de la organización. Conciliar sensibilidades y acordar un proyecto coherente es lo prioritario ahora mismo.

Cada cual debe ser responsable de sus actos y el partido, ahí están los resultados; está en uno de los peores momentos de su historia. El liderazgo y el proyecto socialista deben resurgir de esta debacle porque la historia que avala nuestras siglas no puede permitir que sea de otra forma. En los próximos días se sucederán asambleas en muchas agrupaciones en las que cada uno podrá expresar sus puntos de vista. Llegará el momento de hablar y de exponer propuestas de futuro. De un futuro inmediato que nos espera a la vuelta de la esquina. Las diferencias personales deberían aparcarse por un momento y pensar políticamente qué es lo más necesario para que el PSOE con dignidad, ya sabemos que también con mucho esfuerzo; pueda seguir adelante. Los ajustes de cuentas, las exclusiones, los odios y rencores sin perdón a los errores cometidos: ¿pueden conducirnos a alguna parte? ¿es posible, de una vez por todas, caminar soltando el lastre que llevamos a cuestas? ¿hay personas realmente capaces de sostener y construir a partir de la estructura que nos soporta? ¿seremos capaces de responder con profesionalidad política como militantes a las exigencias del momento con madurez?

A veces hay que saber echar el freno, antes de que sea demasiado tarde, antes de que ya no haya nada que hacer y las gaviotas hayan depredado toda la sangre roja de nuestra tierra.

Comparto hoy con vosotros, para la reflexión, un artículo que aparece en El País, del escritor Manuel Vicent, "Saber parar", sobre el movimiento del 15 M, muy aplicable a la realidad actual política y sociológica que nos rodea y que espero nos sirva a todos de algo.

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