En estos días he tenido la oportunidad de reencontrarme con amigos preocupados por la política. Viejas y viejos compañeros a los que les interesa el devenir de la situación que atraviesa el mundo, la crisis, las medidas que toman los gobiernos...
¿Y sí Zapatero hubiese anticipado elecciones y las medidas las hubiesen tomado otros? ¿Es realmente la crisis la que pasa factura a los gobernantes? ¿Por qué la población permite el drástico avance la derecha que beneficia a los ricos y excluye a los pobres? ¿Por qué otros países como Brasil o Islandia tomando otros derroteros no están tan salpicados por la crisis? ¿Los Reyes Magos de Oriente, venían de China? ¿Seremos todos chinos en el siglo XXII tras esta "pacífica colonización"?¿Crisis de valores, crisis de mercados?¿Y los grandes banqueros y los ricos, qué están pagando?
Muchas preguntas, muchas reflexiones, mucho debate... He aprendido. Aún así, ni creo que Rubalcaba tenga que venir a rescatar a Griñán como afirma con muy mala uva, El Mundo, ni que el Partido Popular, que avanza con los brazos cruzados; se vaya al garete por el caso de Cascos.
Tengo cada día más claras mis ideas a pesar de la crisis. Tal y como afirma hoy en Diario de Cádiz, Alejandro V. García: "En la izquierda cualquier disenso es un disenso de ideas; en la derecha, en cambio, todos los desacuerdos son de poder, de pulso de ambición".
Y hoy también Román Orozco nos conduce a la crítica y a la propuesta:
"¡Trabajar más y cobrar menos!, pedía el ex presidente de la patronal, Díaz Ferrán.
Lo resumía con claridad en este periódico, desde su rincón malagueño de la cala de Mijas, el escritor José Luis Sampedro: "El sistema ha organizado un casino para que siempre ganen los mismos".
Ante este negro panorama y con casi un millón de parados en Andalucía, ¿qué hacer? ¿Pasar de la política y abstenerse en las próximas elecciones? ¿Dejar todo el terreno de juego a la derecha, que aplicará su catecismo con más fervor y dureza? ¿O echarse a la calle?
Aunque resulte difícil frenar la oleada ultraliberal que nos azota, reivindiquemos al menos el derecho al pataleo". Artículo completo en El País.
Tampoco estoy totalmente de acuerdo con Orozco, al análisis debe ser más profundo y las respuestas más comprometidas. La situación es complicada pero la solución no está ni en votar al PP, ni en abstenerse sino en comprometerse con responsabilidad y participación activa en la organización que más se ajuste a cada uno de nuestros intereses, sólo así y desde dentro, seremos capaces de conseguir algún cambio.
muy buenas tus reflexiones.
ResponderEliminarMe alegro mucho que los viejos compañeros te hagan reflexionar...
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