Cuando la inspiración viene sola, llama el insomnio a la puerta: el deseo de crear obliga. Transfigurarse en la experiencia de atrapar el verso y la idea es un acto de placer, dolor y trabajo. Así es la poesía, quién la ha sentido, disfrutado o sufrido, lo sabe. Éxtasis onírico y lírico que me fecunda. Recrear por los cuatro costados es vital para seguir despierta.
8 de abril de 2013
Yo también aprendí contigo
Adiós a un mito sexual y al icono del cuplé. Más aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario