24 de febrero de 2011

La fuerza de la integración y del trabajo en equipo.



Aparcar las diferencias y engrandecer las semejanzas son uno de los primeros criterios que debemos poner en práctica para conseguir objetivos, para llegar al logro.

¿Qué sucede, qué está sucediendo en política? Pues que en muchas ocasiones, el ciudadano no considera que forme parte del equipo de la sociedad en la que están los políticos, los banqueros, los sindicalistas, los empresarios y la prensa.

Se hacen encuestas y el desapego y el desánimo se manifiesta en una pérdida de confianza y un rechazo a la clase política que ya ni siquiera es considerada "solucionadora de problemas".

¿Por qué pasa esto? ¿No son más importantes los casos de corrupción, la violencia en el mundo o la crisis de valores que supera a la económica?

Quizá estamos en el momento de replantearnos muchas cuestiones como ciudadanos. ¿Es que los políticos son peores que la sociedad civil? ¿Es que la responsbilidad por la cosa pública no es compartida?

En ocasiones, es cómodo reconocer que "no entiendo de política y los políticos son todos iguales"... posiblemente estén pasando las cosas que pasan precisamente por eso. Si todos nos preocupásemos e intentásemos entender y pedir cuentas a los que nos representan, otro gallo cantaría.

Puede que en parte tengan culpa. La gente premia el trabajo bien hecho y el trabajo en equipo. La integración de la discrepancia en las organizaciones porque enriquecen con sus puntos de vista el horizonte de crecimiento. Valoran la cercanía y ser escuchados. Agradecen que se consigan arreglar sus problemas cotidianos en vez de que se saquen trapos sucios de unos partidos a otros... Hay muchos puntos que poner en práctica que favorecerían una nueva ilusión, una nueva confianza, un nuevo crédito... Lo que sucede es que en ocasiones, nuestros políticos parece que no están dispuestos a cubrir siquiera, las expectativas...

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