17 de agosto de 2010

Cádiz ciudad abierta y despierta.


Uno de los motivos que esgrime De María no es novedoso, pero sí es cierto que para la federación de hosteleros aparece ya como uno de los principales factores: el ocio -la falta de él, más bien- nocturno. "Hemos perdido un enorme potencial entre los visitantes que teníamos en la franja entre los 25 y los 35 años. En 2003 entró en vigor la normativa sobre horarios nocturnos y nos hemos acabado resintiendo. No sólo en la provincia, sino en lugares tan fuertes como Puerto Banús, en Málaga. En verano tú no puedes echar a la calle a la clientela a las dos y media de la mañana. ¿Resultado? Que tenemos la competencia en casa y la gente que busca ocio nocturno se marcha al Levante, donde la noche aparece como una de sus principales ofertas". Más por Pedro Ingelmo, para Diario de Cádiz, aquí.

Más por Aracama y Bello, también en Diario de Cádiz.

"Para el presidente de los hosteleros gaditanos, Antonio de María, "cómo sigamos así no van a tener que preocuparse porque la noche se está apagando". Según De María, "desde que nació la ley antibotellón se está acabando con la hostelería". Desde la patronal recuerdan que se está perdiendo "una clientela de entre 25 y 35 años que ya no viene porque decide irse a otros destinos" que son más interesantes para ellos, "como Ibiza o Alicante".

Una tríada en disputa para una ciudad como Cádiz en la que, el turismo cultural debe crecer y potenciarse; no es en estos momentos lo más adecuado. Hosteleros, Ayuntamiento y Vecinos deben conciliar sus intereses, pero con propuestas que beneficien a todos y perjudiquen lo menos posible el desarrollo de la ciudad.

Antonio de María se moja, pero su reflexión es peligrosa porque implica por una parte una postura crítica ante la administración como la culpable de las pérdidas en el sector, y por otra una situación de miedo ante "¿represalias?" de vecinos o control policial si se molesta. Cae en la contradicción porque por una parte la Ley antibotellón fue producto del consenso entre la Patronal de Hostelería, la Administración y los movimientos vecinales. Fue una ley valiente para quitar un problema real e insostenible que además prevenía ante accidentes de tráfico y formaba en torno al consumo responsable de alcohol.

No es de recibo echar las culpas a una Ley que ha beneficiado la habitabilidad en las ciudades, ha concienciado a la ciudanía y ha propiciado un mayor consumo dentro de los locales que fuera. Lo inteligente sería proponer medidas que permitiesen la apertura de locales hasta más tarde, siempre y cuando se cumplan las medidas de control del ruido que tanto molesta a los vecinos que al día siguiente tienen que madrugar. También el Ayuntamiento debería conciliar los derechos, intereses y las preocupaciones de los hosteleros y no limitarse a poner multas y a cobrar tasas, como si todo esto fuera su único trabajo.

Más aún cuando nuestra localidad es referente turístico, y es una ciudad que podría estar abierta las 24 horas de los 365 días del año, sin cerrar por vacaciones. Merece la pena, poner empeño en la solución, es posible y beneficiaría a todos.  


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