Los docentes tendrán que acudir a cursos de formación, hasta ahora voluntarios, durante el año académico, según el borrador de la orden que desarrollará los Reglamentos de Centros de Secundaria.
El sistema de formación continua del profesorado andaluz está a punto de sufrir el mayor vuelco de los últimos 30 años. Se trata de un cambio de filosofía muy sencillo de explicar, pero que se prevé complejo de implantar en la escuela: sencillamente el curso que viene la asistencia a cursos de reciclaje y perfeccionamiento dejará de ser voluntaria para convertirse en obligatoria. Los profesores de Secundaria tendrán que asistir a cursos de formación durante el año escolar para mejorar en las facetas de su trabajo donde más flaquean o donde menor cualificación tienen (manejo de las nuevas tecnologías TIC, idiomas, proyectos interculturales, refuerzo, lucha contra el absentismo, planes de lectura, proyectos de innovación...).
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El reciclaje del profesorado, esa formación continua de los docentes en activo era una de las asignaturas pendientes de la Consejería de Educación, que no se terminaba de acometer. En la mayoría de casos, el cobro de sexenios obligaba a la realización de 60 horas en cursos de formación a lo largo de 10 años.
Los cambios educativos en estos diez últimos años, sobre todo desde la revolución producida a raíz de la implantación del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito escolar y de los nuevos planes ajustados a las competencias básicas programadas a nivel europeo: plurilingüismo, bibliotecas, calidad...; han supuesto un cambio en el perfil y el rol del nuevo docente. El profesorado debe ajustarse a las necesidades del siglo XXI, y la única forma de capacitarse para ello es a través de la formación.
Si en cualquier empresa pública o privada, el reciclaje y la formación de sus trabajadores ocupa un lugar prioritario, ¿qué había estado pasando en educación? En casa de herrero, cuchara de palo.
Si se hace bien, será algo positivo. El siguiente paso será que la formación continua sea de calidad y no para aparentar, p.ej. En muchas empresas privadas se contratan —y se pagan— cursos para sus empleados que no aportan lo que deberían.
ResponderEliminarEntiendo que los maestros asistirán a esos cursos sin tener que costeárselos ellos.
Quizá necesiten también alguna forma de conciliación entre la carga de trabajo docente, la de la formación continua y su vida familiar.
Saludos,