Cuando la inspiración viene sola, llama el insomnio a la puerta: el deseo de crear obliga. Transfigurarse en la experiencia de atrapar el verso y la idea es un acto de placer, dolor y trabajo. Así es la poesía, quién la ha sentido, disfrutado o sufrido, lo sabe. Éxtasis onírico y lírico que me fecunda. Recrear por los cuatro costados es vital para seguir despierta.
Córdoba. 2:39 en la madrugada.
ResponderEliminarY si estoy aquí escribiendo esto es porque me da miedo acostarme.
Buenas noches, eso sí...
Beatriz