2 de agosto de 2010

Pedro Solbes entrevistado en El País.


Una amplia entrevista a Pedro Solbes por Juan Cruz en El País, junto a otras interesantes noticias nos devuelve la confianza y el optimismo ante el futuro inmediato.

Entiende que se están haciendo más las cosas como él quería. Se pronuncia en relación a Cataluña y defiende que superar la idea de las dos Españas sólo se alcanzará con la educación y la cultura.

"P. ¿Qué se ha hecho mal?
R. Acaso porque veníamos de un periodo en el que se sentía la necesidad de crecer, hemos tenido una serie de impulsos externos que nos hacían crecer más rápido. Y había que crear los suficientes incentivos para no tener las burbujas que hemos tenido. Esto es muy difícil, porque de alguna manera se cree que cuando hay recursos desde hace tiempo no hay que tener superávit para afrontar las situaciones difíciles. A mí me daban envidia países como Finlandia, Dinamarca o Suecia, con superávit del 3% y el 4%. Y nadie se rasgaba las vestiduras porque no tuviéramos un ligero superávit para afrontar la crisis.

P. ¿Y por qué la crisis fue tal terremoto?
R. La crisis de ahora no es una crisis, son dos. Además, inciden sobre una realidad muy compleja, que se ha ido gestando en los últimos años y uno de cuyos puntos culminantes es la crisis de Lehman Brothers. Todo el sistema presentó problemas. Y a partir de ese momento se produjo un corte de confianza, y eso nos afectó porque somos enormemente dependientes de la financiación exterior. Cuando estábamos bien, la gente nos prestaba dinero; pero a partir de esa pérdida de confianza poco a poco la gente dejó de hacerlo. Había que devolver la situación española a una posición de mayor normalidad".

Las cuentas salen siempre.

Afortunadamente y a pesar de las dificultades que pone la oposición al gobierno nacional, los países europeos comienzan a recuperar la confianza en España. Así ha sido reconocido incluso durante el pasado fin de semana en el londinense The Economist. Donde se reconoce que Rajoy promete reformas pero evita entrar en detalles.
Ese voto de confianza parece que también se está recuperando, en El País y por Susana Pérez de Pablos se refleja que el electorado socialista ha despertado tras las medidas de recorte y que la pérdida de confianza en Rajoy y las críticas a su gestión aumentan. Se recortan las distancias, dando vuelta a las encuestas.

Continuando con la entrevista a Solbes, que por cierto repasa ampliamente sus recomendaciones literarias, muy interesantes. El ex-ministro aprovecha para dar algunos consejos: "No pretendo dar lecciones a nadie. Cuando me preguntan qué hay que hacer, lo que respondo es lo que hemos hecho mal para que los otros no cometan los mismos errores si no quieren".

Dejar de ser el ombligo para encontrarse en un panorama mundial en el que tengamos más que aportar y recordar lo que hemos hecho mal para no cometer los mismos errores. Casualmente estas reflexiones me recuerdan la intervención del Secretario General del PSOE-A, en la presentación de Marta Meléndez, y en concreto en su referencia a la época de Carlos Díaz. No podemos permitirnos el lujo de hacer política personal, hay que hacer política de ideas y de propuestas. Hay que cambiar las formas y trabajar de otra manera, como decía Einstein, si queremos obtener otros resultados. En los tiempos que corren, no nos queda otra alternativa.

Asumiendo errores y adoptando actitudes resolutivas con las que mirar hacia adelante, es el único camino de volver a empezar cada día.


2 comentarios:

  1. Hace muy bien el ex Ministro y ex Vicepresidente Solbes en pensar con sana envidia sobre Suecia, Finlandia y Dinamarca. Ahora, no debería contemplarse sólo ni solo el dato de superávit de tales países.

    El superávit es una variable más que forma parte de un sistema entero, formulado como desarrollo de unos principios. Hay otras variables, pues, que también deben examinarse para comprender bien de dónde sale ese superávit de las cuentas suecas, finlandesas y danesas, para qué sirve, etc.

    Deberíamos atender a variables escandinavas como el gravamen tributario a las rentas del capital y a las altas rentas profesionales. Su lucha contra la evasión y la elusión fiscales; su jornada laboral media; su Salario Mínimo Interprofesional; su salario medio nacional y, muy importante, su dispersión nacional de renta...

    Deberíamos atender a la inversión en Servicios Públicos de Estado del Bienestar de aquellas sociedades: cuántos médicos por habitante; cuántos hospitales por habitante; cuántos maestros/hab. y colegios/hab; qué tratamientos médicos se ofrecen como Servicio Público sin precio al usuario; cómo en Dinamarca los colegios y universidades son gratis y a los estudiantes universitarios el Estado no sólo los beca sinó que además los subsidia; cuántos jueces/hab. y juzgados/hab.; cuánta inversión en I+D de uso civil...

    Detrás de todo ese sistema y esas variables interrelacionadas se encuentra lo más importante de todo, sin lo que todo falla porque carece de sentido auténtico: los principios. La implantación y el buen funcionamiento de un sistema depende ellos. No basta con enumerarlos en voz alta, además hay que creer en ellos y actuar según ellos. Tres dimensiones que quedan resumidas en el fantástico concepto del makoto japonés.

    Los escandinavos entendieron después de la Guerra Mundial, si no antes, que querían un sistema de protección social pública poderoso. No querían dejar a ningún ciudadano atrás abandonado a su suerte o, sobretodo, a su dinero. Querían un barco de personas unidas, no un barco de ratas y de sálvese quién pueda. Comprendieron que para que eso fuese posible, quien más tiene debe contribuir económicamente más que quien menos tiene. Y quien tiene muy poco o nada no debería contribuir nada, hasta que se recuperase. Así acabarían estando mejor todos, tanto quien tiene mucho como quien tiene poco dinero.

    Todos o la mayoría creyeron y creen en esos principios que sustentan a su sistema —y a ese conjunto de variables económicas que son las que se acaban pudiendo medir numéricamente— y esto hace de ellos una sociedad justa y fuerte.

    Es para admirarlos, estudiarlos y querer ser como ellos.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  2. >No hay más remedio que mirar con visión internacional a los problemas, que aunque nos afecten localmente, tienen su origen en intervenciones externas, agravados por prácticas nacionales, yo también comparto que hay que mirar hacia los países que han hecho bien los deberes.

    ResponderEliminar