El político jerezano, del equipo de la ex-ministra Bibiana Aído y actual Secretaria de Estado; opinaba el pasado fin de semana, en el Diario de Jerez, sobre el cierre y la situación de su ciudad, un año después de la desaparición de la fábrica de botellas de Jerez.
"Ahora se cumple un año. Y a pesar de que poco más de cuarenta personas siguen en la ronda de los Alunados con el eslivado de botellas, en el reescogido, en el arreglo de moldes y el almacenaje de productos de otras fábricas del grupo, ya nadie puede mirar a las chimeneas para saber de dónde sopla el viento o si va a llover.
Algunos se prejubilaron y otros muchos trasplantaron sus vidas a Alcalá de Guadaira. Pero la herida quedó abierta en los cientos de jóvenes de la ciudad que ven otra puerta cerrada para ganarse la vida. Quedó el sabor amargo de los que dieron lo mejor de sí mismos y que todavía esperan unas simples gracias. La perplejidad en las familias que sufrieron la incertidumbre de años de reivindicaciones laborales. O la impotencia de los que ven perderse otro retazo más del sustento y la identidad económica de una ciudad que desde la dura reconversión bodeguera de finales de los ochenta no sabe qué camino tomar".
Melancolías del pasado, le llevan a Alconchel a plantear que la geoposición estratégica de la fábrica, debiera reaperturar el debate de la ciudad sobre la reconsideración de sus edificios. ¿BIC, pisos...? Una reflexión necesaria y oportuna de cara a las elecciones municipales. Una idea publicada por Gabriel Alconchel, Director General del Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE), llamado a ser sucesor natural en la renovación del socialismo jerezano.
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