El informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos) examina, cada tres años, a los alumnos de 15 años, con independencia del curso en el que estén. En estos días se han dado a conocer los resultados del alumnado español en general y por comunidades autónomas.
Apresuradamente sindicatos, asociaciones de padres y madres, partidos políticos se han lanzado al ruedo de las declaraciones, análisis y búsqueda de culpables ante los resultados, que según como se miren pueden ser mejores o peores.
El informe PISA es un instrumento interesante, pero no proporciona soluciones ni recetas mágicas para los resultados de los rendimientos académicos de nuestros escolares. Compara con un total de 65 países que se prestan a aplicar aleatoriamente la prueba a su alumnado y conocer después el resultado de sus avances.
Estos resultados, si están sirviendo para algo es principalmente para reflexionar sobre un tema de interés para el desarrollo de nuestro país. Está sirviendo para debatir, para opinar, por una vez, sobre un tema serio e importante, pero para lo que debe servir es para tomar conciencia de que la educación es un asunto de todos. "Para educar a un niño hace falta una tribu entera"(J.A. Marina).
El Consejero de Educación de la Junta de Andalucía ha sido sensato en sus declaraciones: ""Necesitamos mejorar mucho más y más rápidamente para hacer frente a los nuevos retos del sistema educativo", en la Web de la Consejería de la Junta de Andalucía. Y propone las primeras medidas. En teleprensa.
Creo que dejarse llevar por análisis reduccionistas de los resultados de una prueba pueden calificarse casi de frivolidad. El uso de la interpretación de los datos con intereses partidarios y partidistas tampoco contribuye a la mejora del sistema.
Los objetivos españoles están enmarcados en decisiones y prioridades de la Comunidad Europea: Aumentar la tasa de escolarización, reducir el abandono escolar prematuro, incrementar el número de titulados, mejorar el rendimiento en las competencias claves, etcétera. Para ello se revisan las inversiones que se producen en educación y se cuida al profesorado. Pero no es suficiente.
Las competencias básicas, las destrezas que deben desarrollar nuestros alumnos se basan en la comunicación lingüística, matemática, el conocimiento e interacción con el mundo físico, el tratamiento de la información y la competencia digital, la competencia social y ciudadana, la cultural y artística, aprender a aprender y en la autonomía e iniciativa personal. El informe PISA mide las competencias lingüistica, matemática y científica.
En el País, se refleja como en Cataluña basando sus logros en la autonomía y la evaluación ha conseguido mejorar más y mejor.
La educación encierra un tesoro y los nuevos decretos de organización de los centros (327/2010 y 328/2010) pueden favorecer que los Proyectos Educativos, tan necesarios marquen un nuevo camino con el compromiso de todos los sectores implicados en el ámbito escolar. Sólo y exclusivamente con este cambio de conciencia social, será posible reconducir los resultados académicos de los alumnos en el PISA, en las Pruebas de Diagnóstico y en cualquier otro instrumento de evaluación que se precie para indicarnos por dónde vamos pero sobre todo cómo y adónde debemos ir.
De todo lo leído, me quedo con las reflexiones de Pedro Martínez, presidente de la federación de padres de Aragón, en Aragón Liberal:
"Nuestros dirigentes saben que nuestro modelo actual hace aguas. Tenemos los medios, los conocimientos y las oportunidades de educar bien y solo nos falta la decisión de hacerlo. ¿De dónde debe surgir este movimiento de renovación? Sin duda, de la sociedad. Pero los dos protagonistas, los dos focos de la conciencia social educativa, han de ser las familias y las escuelas. Padres y docentes forman el equipo pedagógico básico, y debemos elaborar una pedagogía compartida que permita que la casa y la escuela no sean espacios separados o antagónicos, sino cooperadores.
Queremos hombres y mujeres nuevos, optimistas, valientes, capaces de soportar el esfuerzo, austeros y que valoren lo que tienen, no sólo por la cantidad y la apariencia. Dispuestos a aprender continuamente, ilusionados y capaces de emprender proyectos, de comunicarse, de colaborar, manteniendo la confianza en sí mismos, que busquen la justicia, la solidaridad, estos valores deben formar parte de ese contexto nuevo, además de una instrucción de calidad. Esto ya existe, funciona y las familias lo demandan cada año. Nuestra experiencia nos dice que en los centros que gozan de un modelo, y de un proyecto educativo claro, escrito y conocido por todos, donde la familia está integrada en la gestión y aparece en las Programaciones Anuales, los resultados son espectaculares. La práctica educativa de calidad se consigue con una gran autonomía en los centros educativos, con más flexibilidad y menos burocracia. No imponiendo desde los partidos políticos el modelo pedagógico, implantando sistemas de evaluación que garantice que los centros dan respuesta a las demandas sociales… Las familias, estamos por la labor, mucho más no necesitamos, tomemos la iniciativa".
El trabajo en equipo por un proyecto educativo de calidad, la conciencia del éxito necesario y la responsabilidad ante los logros porque la inversión económica y de esfuerzos lo merecen, deben llevarnos a ser exigentes con el rendimiento de todos y todas los implicados en el Sistema.
En el País, se refleja como en Cataluña basando sus logros en la autonomía y la evaluación ha conseguido mejorar más y mejor.
La educación encierra un tesoro y los nuevos decretos de organización de los centros (327/2010 y 328/2010) pueden favorecer que los Proyectos Educativos, tan necesarios marquen un nuevo camino con el compromiso de todos los sectores implicados en el ámbito escolar. Sólo y exclusivamente con este cambio de conciencia social, será posible reconducir los resultados académicos de los alumnos en el PISA, en las Pruebas de Diagnóstico y en cualquier otro instrumento de evaluación que se precie para indicarnos por dónde vamos pero sobre todo cómo y adónde debemos ir.
De todo lo leído, me quedo con las reflexiones de Pedro Martínez, presidente de la federación de padres de Aragón, en Aragón Liberal:
"Nuestros dirigentes saben que nuestro modelo actual hace aguas. Tenemos los medios, los conocimientos y las oportunidades de educar bien y solo nos falta la decisión de hacerlo. ¿De dónde debe surgir este movimiento de renovación? Sin duda, de la sociedad. Pero los dos protagonistas, los dos focos de la conciencia social educativa, han de ser las familias y las escuelas. Padres y docentes forman el equipo pedagógico básico, y debemos elaborar una pedagogía compartida que permita que la casa y la escuela no sean espacios separados o antagónicos, sino cooperadores.
Queremos hombres y mujeres nuevos, optimistas, valientes, capaces de soportar el esfuerzo, austeros y que valoren lo que tienen, no sólo por la cantidad y la apariencia. Dispuestos a aprender continuamente, ilusionados y capaces de emprender proyectos, de comunicarse, de colaborar, manteniendo la confianza en sí mismos, que busquen la justicia, la solidaridad, estos valores deben formar parte de ese contexto nuevo, además de una instrucción de calidad. Esto ya existe, funciona y las familias lo demandan cada año. Nuestra experiencia nos dice que en los centros que gozan de un modelo, y de un proyecto educativo claro, escrito y conocido por todos, donde la familia está integrada en la gestión y aparece en las Programaciones Anuales, los resultados son espectaculares. La práctica educativa de calidad se consigue con una gran autonomía en los centros educativos, con más flexibilidad y menos burocracia. No imponiendo desde los partidos políticos el modelo pedagógico, implantando sistemas de evaluación que garantice que los centros dan respuesta a las demandas sociales… Las familias, estamos por la labor, mucho más no necesitamos, tomemos la iniciativa".
El trabajo en equipo por un proyecto educativo de calidad, la conciencia del éxito necesario y la responsabilidad ante los logros porque la inversión económica y de esfuerzos lo merecen, deben llevarnos a ser exigentes con el rendimiento de todos y todas los implicados en el Sistema.
Blanca, muy interesantes las palabras que nos ofreces de Pedro Martínez. En todo caso, me hago la pregunta que nos hace Pedro Armas en su blog cuando afirma que los países mejores, según PISA, son aquellos que apuestan decididamente por la enseñanza pública. Si ello es así, ¿por qué no copiamos a Finlandia en el balance entre escuela privada (5%) y escuela pública (95%)? En España un tercio de la escuela es privada y además el Estado paga unos 3.000 millones de euros al profesorado de Religión que selecciona ideológiamente la Iglesia Católica.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el artículo y me ha reconfortado leer las declaraciones de Pedro Martínez, que comparto totalmente. Me gustaría añadir alguna reflexión:
ResponderEliminar1. Es verdad que no todo es PISA, pero la gran aportación del sistema consiste en la medición de resultados, la creación de indicadores que sirven para medir resultados, aunque sean parciales. Es, junto a la autonomía de los centros alrededor de un proyecto educativo, el otro gran reto pendiente: la medición de resultados. Sólo a partir de la evaluación será posible mejorar.
2. Aquí viene el lío: ¿quién es capaz de poner en marcha un programa de evaluación de los docentes y de los propios centros? El precio político es muy elevado y las experiencias en ese sentido han sido traumáticas? El 13 de octubre el diario El Pais publicaba un artículo bajo el título "Si se examina al profesor, sube la nota el alumno". Muy recomendable.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/examina/profesor/sube/nota/alumno/elpepisoc/20101013elpepisoc_1/Tes
3. Interesantes también las conclusiones del PISA relativas al hecho de que no necesariamente las condiciones socioeconómicas del entorno socio-familiar y la inversión en educación determinan el éxito. Valga ésto para el cacareo sistemático, en especial por parte de los sindicatos, de que los problemas se resuelven necesariamente con una mayor inversión en educación. Pues va a ser que no. Casualmente el tema va en la dirección de: más implicación, mayor adaptación a la realidad socioeconómica, plena incorporación de las NNTT y de los requisitos de la Sociedad del Conocimiento, proyectos educativos compartidos en los centros y medición de resultados. Demasiado para tanta gente interesada en que nada cambie.
Blanca me das muy buena información en este artículo, pero yo creo que el problema de la educación en este país en gran parte es de los padres porque se ve claramente que los que se implican, y están en contacto continuo con el profesorado el rendimiento de los alumnos es muchísimos mejor. El problema está en que muchos padres creen que la escuela tiene la obligación de formar a sus hijos, quitándose ellos la parte de responsabilidad que les corresponden, Por supuesto yo apuesto por una enseñanza pública, y afortunadamente en Andalucía es de las comunidades donde menos se da. Por favor un llamamiento a los padres, tenemos que seguir día a día lo que hacen en el cole, lo que tienen que hacer en casa, crear un hábito de estudios desde pequeños, estar muy coordinados con el profesor, seguir las mismas pautas que en el cole, educar en valores... creo que es nuestra obligación cuando decidimos ser padres. La escuela nos complementa en lo anteriormente dicho y además da conocimientos. Al fin y al cabo como decía un inspector de Cádiz los niños van a pasar unos años con un profesor o varios en la escuelas , pero sus hijos serán sus hijos toda la vida para lo bueno y lo malo.
ResponderEliminarCoincido con tu post. Te dejo el mío sobre el mismo tema:
ResponderEliminarEl informe PISA y el injusto triunfalismo de Esperanza Aguirre http://ventanasdelfalcon.blogspot.com/2010/12/el-informe-pisa-y-el-injusto.html