19 de agosto de 2010

El orgullo de ser andaluz.


El Partido Popular vuelve de nuevo a insultar al pueblo andaluz, esta vez para criticar el acento de Trinidad Jiménez. Los andaluces no merecemos los continuos ataques que sufrimos por dirigentes de esa formación política.

No es ya la primera vez, son muchas y actualmente en la España Democrática en la que vivimos, en la que los andaluces no somos ciudadanos de segunda clase, en la que los andaluces hemos demostrado con creces nuestro afán de superación esto es más que una imprudencia. Hemos evolucionado desde una situación de desventaja sociocultural y económica  heredada históricamente, sobre todo por las negligencias del franquismo hacia nuestra comunidad. Hemos sido capaces de posicionar a Andalucía a la cabeza de innovación, de planes, en políticas sanitarias y educativas, por no abundar, que ya quisieran otros ciudadanos de este país. Los andaluces con su trabajo y afán de superación han dado un ejemplo de lo que es evolucionar desde una posición de desventaja.

Es intolerable que sigan queriendo vender la imagen del andaluz inculto y cateto, flojo e indolente. Será por eso que el Partido del señorito, poco tiene que hacer en esta tierra, donde se sigue insultando a la inteligencia de sus habitantes.

Ser andaluz es un orgullo, no hay que avergonzarse por ello y somos iguales en este país. Un país en el que el respeto a las diferencias y a la diversidad debería ser un valor en alza, sobre todo para los políticos que aspiran a gobernar los designios de cualquier ciudadano, de cualquier lugar y en cualquier parte del territorio, provenga de donde sea y se hable como se hable. Es hora que a estas actitudes empecemos a aplicarles tolerancia cero.

3 comentarios:

  1. De acuerdo contigo Blanca, esta vez ha sido Juan Soler rero han habido muchos7as antes con esa fijación malsana con Andalucía. Por si te apetece yo también he escrito algo en mi blog:
    http://agorasocialista.blogspot.com/2010/08/topicazos-made-in-pp.html

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  2. Habla bien, habla andaluz. Habla bien, habla extremeño. Habla bien, habla murciano. Habla bien, habla castellano, Habla bien, habla canario.

    La caverna es detestable e ignorante.

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  3. Se comprenderá que desde mi entorno, en la Ciudad Condal de Barcelona, compartamos la indignación y la ofensa por el último insulto vertido contra nuestra riqueza cultural española, intentando hacerla pasar por ignorancia o por otras acusaciones malintencionadas. A toda la España periférica se le hace esto a menudo.

    Lo diferente, lo variado, es malo para los uniformistas. Si la forma es diferente, entiéndase la metáfora, nos envian al torno de la "Santísima" Inquisición para que "moldeen" nuestro cuerpo a gusto del denunciante, para que encajemos con su estereotipo de cómo se debe ser (o parecer).

    Estamos hartos de ver cómo desde un españolismo/ castellanismo/ madrileñismo mal entendido y excluyente se juega a pelear a todos los ciudadanos entre sí. El P.P. en esto se lleva la palma, pero se han dicho estupideces desde muchos lugares, desde el Norte, el centro y el Sur. Debemos denunciarlas siempre con honestidad y rigor, las diga el "compañero" o el "rival". No hay compañerismo posible en el desprecio a los demás.

    Según el "parlamentario" del P.P., la Ministra Jiménez no sería buena candidata para la Presidencia autonómica de Madrid por su acento del sur. La misma persona dijo que al Diputado Herrera, de I.C.V., le faltaban dos duchas para parecer aseado. He visto en persona al Sr. Herrera y va perfectamente aseado, por supuesto. La pregunta es, ¿cómo lo hará ese diputado insultador del P.P. cuando quiera asearse el cerebro para limpiárselo de odio y prejuicios?

    Si quieren criticar a la Ministra Jiménez, que lo hagan por sus políticas, que seguro que se puede y, en cualquier caso, es lo que beneficiará al ciudadano/ elector porque aumentará su información o conciencia crítica. Claro, en eso, lo serio y necesario, no pueden entrar, porque por mucho que se puedan criticar las políticas de la Ministra, las de sus competidores del P.P. son en el mejor de los casos iguales y normalmente peores —opino—.

    Es más fácil enfadar a la gente y enfrentarla que ponerse a razonar en serio con ellos, porque entonces les exigiremos electoralmente más a todos.

    Un abrazo, y ánimo. Oídos sordos a los insultos. El insultador se retrata. Ante el insulto, dignidad, serenidad y humildad.

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