25 de junio de 2010

Fuego.

Me emborraché en la noche más larga
evitando pensar que el minutero de tu reloj,
no encontraba un paréntesis para que me llamases.

Llamas, muñecos ardiendo, quemando lo malo...
buscando embriagarme de besos cobijados bajo tus brazos
en un paraíso alejado.
Ron con limón, dijiste
y rojo pasión en el esmalte de uñas.
Una banda de pueblo en vez de un metálico saxofón
armonizaban la velada.

Fantasmas de ida y vuelta, fantasmas
que cierran las puertas,
que van y que vienen y se van
sin mirar atrás.
Mientras me convencía de que si nunca hubieras venido...
ahora que te has quedado,
cómo podría pensar que te irías para siempre.

Otra noche de luna llena. Fuego.
Pensamientos y gritos, vaivenes.
Vino.

Apenas podía levantarme para una nueva jornada.
La noche más trágica había sido en Castelldefels,
la mente se queda en blanco,
hoy no tengo capacidad para seguir imaginando
sensaciones con los ojos cerrados.
El orden de los sucesos
ha trastocado los ánimos.


Blanca Flores Cueto.

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