Cambios estructurales que posibiliten nuevos liderazgos.

La renovación y la puesta en valor de nuevos liderazgos es la bandera de las políticas progresistas de cara al siglo XXI. Pero todavía las estructuras internas de las organizaciones políticas siguen reacias a provocar esos cambios necesarios. El debate atractivo y constructivo necesita llegar a través de muchas vías, de nuevas vías. Si por una parte hay que dinamizar de nuevo la vida en las sedes con actividades dinámicas, y participativas en la que los dirigentes escuchen a la militancia y no al revés, si se llega a los agentes sociales cualesquiera que fuesen en las plataformas, sindicatos, asociaciones, si se trabaja la calle y se llega a todos mediante las nuevas tecnologías, las redes... animando, proponiendo, solucionando... y se reconoce a quién ejecuta esas posibilidades, llegaríamos a discriminar los liderazgos reales, esos liderazgos que no reconocen, en ocasiones las direcciones anquilosadas de los partidos. Cuando se produzca una comunión entre el reconocimiento orgánico y el real, el empuje de esos nuevos liderazgos emegentes producirán por reacción los cambios y se podrá hablar de las nuevas formas de hacer política, con conocimiento y con estrategia marcando nuevos caminos.

"Nuevos tiempos, nuevas formas" es el artículo de reflexión política que Josu Gómez Barrutia firma, en la sección La fuerza de la palabra, aparece publicado en el Diario Digital Independiente, Siglo XXI. En el mismo se puede leer: "Y no sólo los cambios deben ser de índole estructural para que esos mensajes de modernidad lanzados desde el seno de los partidos políticos progresistas calen en la sociedad civil sino que los mismos deben ir unidos a una valentía en los pasos a dar desde los nuevos liderazgos políticos, liderazgos que deberán ser asumidos en este nuevo tiempo por aquellos que reúnan no sólo la capacidad cuantítiva y cualitativa sino también la coherencia en su trayectoria política y social ".

Para acceder al artículo completo: pincha aquí. Reflexiones necesarias porque hace falta mucha valentía para luchar contracorriente y poner en práctica la evidencia necesaria acerca de los nuevos liderazgos. Empeño para que los históricos dirigentes lo comprendan y sean capaces de querer convertirlos en realidad, es el único camino para seguir ganando.