El progreso en clave de futuro, el progreso en clave de evolución. No me queda otro remedio que identificarme con el artículo que Rosa Castillejo publica hoy en El País. Hoy que todavía, nos queda mucho por avanzar, por detenernos en quienes más necesitan, por seguir adelante contra viento y marea. Hoy podemos leer en las Reflexiones para los nostálgicos:
"Tres de cada cuatro mujeres con edad y capacidad para trabajar eran consideradas entonces población inactiva. Es decir, no existían para las estadísticas, eran invisibles, carecían totalmente de oportunidades. Hablo de millón y medio de mujeres andaluzas: las madres y abuelas de mi generación, que no tuvieron ni siquiera la oportunidad de ser paradas".
Las campañas de temporeros, la emigración...
En relación a este artículo, que merece la pena leer completo, hoy discutía con uno de mis compañeros más cercanos, que las experiencias vividas pueden marcar significativamente las intenciones de compromiso con la realidad, de construir y aportar con mayor responsabilidad para el futuro. Está bien, de vez en cuando hacer memoria y recordar como estábamos antes. Lo que era la Andalucía predemocrática y lo que tenemos ahora. Si la reflexión fuese justa, muchas opiniones cambiarían.
Blanca, coincido totalmente (¡qué raro, verdad!) pero te agrego un pequeño matiz. Cuando se ha llegado a estas tierra de fuera se aprecian muchísimo más los cambios. Te hablo de hace 30 años a hoy y no me refiero sólo a infraestructuras ni carreteras (que también), sino a esa igualdad y justicia social que, como diría nuestro querido Pepe Caballero Bonald, no andaban ni por los arrabales de la realidad. Lo que sucede que a veces impera el "ombliguismo" que conduce a cierta forma de ceguera que impiden lo que tú llamas "construir y aportar con responsabilidad para el futuro".
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