“En todo caso –añadía--, a la vez que se pide amnistía, habría que discutir si se amnistiará a los eventuales amnistiadores. Una amnistía que permitiera al franquismo y a la sucesión del franquismo sacarse de encima, a última hora, como quien no quiere la cosa, a cientos de miles de muertos y todo lo que cuelga, sería una mala operación para la izquierda, pues le privaría de una buena arma de ataque contra la derecha. La izquierda debería anunciar que exigirá responsabilidades políticas (que no quiere decir, necesariamente, penas de muerte, sino, por ejemplo, inhabilitación para la vida pública) a los miles de personas que desde 1936 han colaborado activamente, e incluso con silencio cómplice, en la represión”.
La historia, lamentablemente, le ha dado la razón. Aunque Goya ya nos avisara de que el sueño de la razón produce monstruos. Y ver a Baltasar Garzón sentado en el banquillo por intentar enjuiciar al franquismo y a partir de una denuncia de Falange Española, resulta sencillamente toda una monstruosidad nacida de la sinrazón.
Extraordinario artículo de opinión publicado por Juan José Téllez en Nueva Tribuna. "Catorce de abril con el juez Garzón a punto de sentarse en el banquillo".
14 de abril, día de la república. ¡Qué paradojas!
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